Tenía pendiente escribir la reseña de la primera entrega y realmente mi intención era comenzar, como es lógico, en orden cronológico. Sin embargo, después de haber visto la película que hoy nos ocupa, mi estómago me pide que escriba una reseña antes de que me salga una úlcera.
Me duele la boca ya de repetir que el virus de las malditas sagas está destruyendo el Cine. Hacia finales de los años 90 y comienzos del nuevo siglo la cosa tenía cierta gracia puesto que se le ponía empeño. Se le ponía cuidado. Se le ponía cariño. Todas las entregas de una saga cualquiera, tenían un punto de personalidad. Podían ser mejores o peores, pero tenían valor propio.
A día de hoy esto ya no ocurre. Ahora las sagas son como los episodios de una serie de televisión. Tenemos el primero en el que te meten un poquito en harina (no mucho), después unos cuantos episodios entre los que encontramos aquellos totalmente irrelevantes y de relleno, y después un episodio final en que teóricamente se desvela y se resuelve todo… o no.
Este formato, el cual puede que esté bien para la televisión, fracasa estrepitosamente si lo trasladamos al cine. No se puede aplicar el mismo criterio puesto que la gente espera más. Mucho más. Una entrega de una saga no puede ser un simple “rellenar un hueco”. La película de hoy lejos de contar una historia propia, lo que hace es crear posibles vertientes y/o líneas argumentales sobre las que tal vez versará la siguiente entrega mientras que se nos transmite una inmensa e insultante NADA. Fantastic Beasts: The Crimes of Grindelwald. OJO SPOILERS!!
Ya desde el primer minuto de película se pone de manifiesto la evidente incapacidad de Rowling para elaborar un guion dando lugar a una insufrible, tediosa, aburrida y absurda sucesión de imágenes y guiños sin ningún contenido sustancial. Al igual que dije cuando escribí la reseña de The Hunger Games – Mockingjay Part 1, aquí también tenemos una NADA enorme. No ocurre NADA. No hay NADA relevante. No hay NADA destacable. No hay NADA de emoción. No se le ha dedicado NADA de empeño a ésta película. NADA.
Más de dos horas que se hacen larguísimas para algo que se puede explicar en poco más de veinte minutos. Gellert Grindelwald se escapa y tiene planes malvados para conquistar el mundo de los magos y someter a los muggles a quienes considera poco más que “futuros esclavos”. Los buenos quieren enviar a Dumbledore a que luche con él, pero se niega. Fin.
Muchas veces tiendo a culpar al Director cuando una película es mala. En este caso, me permito exonerar a David Yates, a quien no tengo demasiado aprecio por sus pifias eh Harry Potter, dado que en este caso la culpa es exclusivamente de JK. Rowling. Sea dicho de paso que un servidor es un gran fan de la saga HP y por eso mismo no puedo disimular mi cabreo y mi decepción con una escritora que hasta ahora admiraba. Rowling ha demostrado ser una yonki del dinero y la notoriedad quien por arañar unos cuantos dólares más, por si no tuviera pocos ya (hasta sus bisnietos pueden vivir del dinero recaudado entre libros, películas, merchandising, etc), ha sido capaz de despreciar a los únicos que precisamente no debería haber despreciado: sus lectores.
Veamos a ver si consigo estructurar la reseña de forma que no resulte caótica para su lectura. Primero listaré algunos de los más despropósitos que más me llamaron la atención de ésta película para finalmente acabar con el que pienso que es la joya de la corona. No me suele gustar escribir en formato “listado” pero en este caso no veo más remedio. Allá va:
-Resulta inconcebible que Grindelwald, el mayor criminal de la historia del mundo mágico no esté en todo momento custodiado por Dementors.
-Queenie tiene a Kowalski bajo el efecto de un hechizo, algo que va enteramente en contra de la esencia del personaje que vimos en la anterior entrega, el cual sentía amor verdadero por él. Quizás comenzaban a intentar justificar que el cambio de actitud de Queenie es lo que le llevaría finalmente a unirse a Grindelwald. Fracaso. No lo consiguen para nada, ni con esta ni con ninguna de las posteriores escenas. Sus motivos para unirse al mal no son suficientemente convincentes, eso sin contar que alguien que puede leer el pensamiento no sea capaz de ver las verdades intenciones del villano.
-El Personaje de Tina es quizás el que más involuciona. Pasa de secretaria a Auror pero con más pena que gloria. Si en la primera entrega tenía poca sangre y aún menos carisma, aquí ha perdido lo poquito que le quedaba. Intenta mostrarse como alguien con autoridad y determinación cuando lo que realmente se limita a hacer es correr detrás de Newt como un pollo sin cabeza.
-Recordemos la escena en la que Grindelwald da su discurso a lo Hitler en Nuremberg. Mientras habla, va montando un espectáculo de luces y humo enseñando la maldad de la humanidad con intención de justificar sus acciones y atraer seguidores. La mejor parte viene cuando nos enseña aviones de la Luftwaffe, judíos en un campo de concentración o la bomba atómica de Hiroshima. Algo que por si necesita aclaración, no pasará hasta 10-15 años después. ¿Ahora resulta que Grindelwald puede ver el futuro?.
-Nagini resulta que es una Freak de Circo. Una chica asiática que se transforma en serpiente y que con el tiempo adoptará definitivamente esta forma. Más allá de conseguir el guiño-efecto en el público y que éste diga “mira la serpiente de Lord Voldemort”, ¿me queréis decir qué aporta a la trama?. Haced una prueba. Quitadla de la película. ¿Afecta en algo?, no. Pero ya tenemos 10 min de relleno y la mencionada reacción de los espectadores.
-Al igual que en el caso anterior, la presencia de Nicolas Flamel es otro guiño estúpido e innecesario. En cuanto salió me dije “a ver cuánto tiempo tardan en enseñar la piedrita” Pues unos dos minutos me parece. Ahí tenemos al venerable anciano abriendo el armario para que la veamos bien vista y entonces los espectadores más retarded (bajo el punto de vista de Rowling, claro) dirán “ah el de la primera de HP”. ¿Su importancia en la película?. Ninguna. Otro personaje cuya omisión aceptaría cero a la película y sumamos unos cuantos minutos más de relleno al marcador.
-Es impresionante cómo en la enferma sociedad actual (recordemos que estamos en pleno siglo XXI), no hay rubor alguno en mostrar una maga a punto de lanzar un Avada Kedavra contra un bebé pero apenas se deja intuir una relación homosexual entre Albus y Gellert. Esto me parece increíble. Con tal de vender no todo vale. Señora Rowling, señores productores, si hay países en los que les molesta más un gay que un asesino de niños y ustedes ceden antes ellos para seguir arañando dólares tienen un muy grave problema. De verdad se lo digo. Háganselo mirar muy mucho.
-La profesora McGonagall hace dos apariciones imposibles. La primera cuando los Aurores visitan a Dumbledore en la “actualidad” (1929) y otra unos cuantos años antes, digamos a principios de los años 20. Eso es imposible. Para comenzar nació en 1935, pero si por si esto fuera poco, en The Order of the Phoenix, Minerva le dice a Umbridge que comenzó a trabajar en Hogwarts en 1956.
-También sabemos que McGonagall era estudiante en Hogwart cuando Dumbledore era el Transfiguration Master antes de aceptar el puesto de Headmaster. Ahora resulta que nos ponen a Albus como Defense Against the Dark Arts Master en una escena que es un descarado calco de la de Lupin en The Prisoner of Azkaban. ¿Era necesario?, no! pero ya tenemos otro guiño más y más minutos de relleno. Suma y sigue.
-En una de las escenas vemos a Dumbledore con el Mirror of Erised viendo su pasado con Gellert cuando eran jóvenes. Cagada. El espejo te muestra lo que más deseas ver sí, pero en tiempo presente. No te muestra el pasado ni recuerdos. Para ver recuerdos está el Pensieve.
-Toda la historia relativa a Credence es tan absurda como anodina y aquí Rowling comienza dar rienda suelta a su descarada ambición comenzando con la destrucción del Potteruniverse. Ahora resulta que el tal Credence es en realidad, atención, Aurelius Dumbledore, un secretísimo hermano de Albus Dumbledore. Fíjate si será secreto que en siete libros, ocho películas, una obra de teatro y la anterior entrega de ésta saga no hay una sola mención. Ni tan sólo un rumor. Nada. Personaje sacado totalmente de la manga intentando crear una trama y/o giro donde no la hay.
Credence según dicen nació en 1904. Teniendo en cuenta que el padre de Albus fue encerrado en Azkaban en 1890 y que no demasiado después su madre murió en una explosión provocada por su hija Ariana, no deja demasiado lugar a afirmar que Credence es tanto un Dumbledore como lo puedo ser yo. Cabe la posibilidad de que Grindelwald se lo haya inventado para su propio beneficio o bien tal vez Rowling nos sorprenda en la siguiente entrega diciéndonos que en realidad es hijo de Grindelwald, o un Lestrange lejano, o un primo de la familia Riddle, o lo que ya a nadie de sorprendería, un Potter…..puestos a soltar chorradas yo también me apunto.
-Hay una escena en la que Newt dice “Accio Niffler” y su animalito viene volando. No se puede aplicar este hechizo a seres vivos únicamente a objetos. Nuevamente cabe la posibilidad de que esto sea algo que Rowling “olvidó” mencionar en la saga HP y que lo haya recordado ahora.
Como decía al principio de la reseña, finalizaré con la pifia que gana por goleada a todas las demás:
-Durante una muy buena parte de la película, y mira que es larga, tanto Gellert como Albus insisten en que no pueden luchar entre ellos. Simplemente se niegan pero no dan más explicaciones. A medida que avanzar la cinta descubriremos con horror que el motivo que Rowling ha escogido para tal efecto no es otra cosa que un Pacto de Sangre secreto que ambos hicieron cuando eran jovencitos.
Bien. Este es el punto donde Rowling muestra la mayor falta de respeto a sus seguidores reescribiendo su propia historia a su antojo y beneficio. Recordemos que la película que estamos presenciando tiene lugar en el año 1929 si mal no recuerdo.
Iré al grano. Todo esto de que no pueden luchar entre ellos es una patraña. Así de claro. ¿Por qué?, pues porque ya lo han hecho antes. ¿Cuándo? Pues muy sencillo. En 1899, poco después de la muerte de Kendra Dumbledore, Albus, Alberforth y Gellert luchan en un combate a tres, y como resultado, un hechizo desviado mata a Ariana Dumbledore. Esta muerte marcará a Albus de por vida. Por tanto, y dadas las circunstancias, sabemos que es literalmente imposible que después de esto hicieran el pacto de sangre.
Si no se hizo con posterioridad, únicamente nos queda la posibilidad de que el pacto de sangre se hubiera realizado con anterioridad a 1899. Pues tampoco es posible, porque de haber sido así tanto Gellert como Albus hubieran caído fulminados en el momento que comenzaran a luchar.
¿Veis el problema no?, ¿veis lo que ocurre cuando un autor se autocorrige a sí mismo?, un desastre, una paradoja imposible de solventar. Una auténtica mierda.
¿Pero qué más da?. Llegados a este punto Rowling puede seguir desvariando sin problemas. La línea cronológica ya se ha roto así que el daño ya está hecho. Según parece todo la cosa puede ir por el camino de destruir el vial de sangre quizás. Lo que sí que sabemos es que tarde o temprano Gellert y Albus lucharán. Me imagino que será en la quinta y última entrega de ésta mierda de Saga resultando un combate tan falto de emoción como lo fuera el de Lord Voldemort y HP en la última película.
Paro aquí. Todos los que conocemos el Potterverse sabemos cuál es el final de Grindelwald. No voy a entrar en ello ahora pero visto lo visto, me atrevería a apostar que Rowling tiene pensado algo muy diferente y por supuesto mucho más suculento a nivel económico (para ella claro).
Para finalizar la reseña que espero no haya resultado especialmente caótica sólo haré una pequeña reflexión. Cuando un director de pacotilla hambriento de dinero coge un libro cualquiera o un cómic y lo destroza, resulta frustrante. Pero cuando la agresión viene por parte del mismísimo creador de la historia, sólo se puede llegar a pensar una cosa. Sus fans, sus lectores, sus seguidores, aquellos que le dieron la fama y quien les debe todo le importan una mierda. Y este es el caso de la señora Rowling. Lo que ha hecho es insultante y aberrante.
No obstante debo reconocer que su falta de ética y consideración ha triunfado. La gente seguimos yendo en tropel a ver sus películas. Luego las criticamos, sí. Pero seguimos viéndolas. Así que buen trabajo! Seguirás ganando muchísima pasta y lo único que has tenido que hacer es seguir pisoteando tu credibilidad.
Mischief managed!