Saving Private Ryan

Los que me conocéis sabéis que me apasionan las películas de la Segunda Guerra Mundial. He visto un buen puñado de ellas, unas mejores, otras peores y cada una de ellas, por sus propios méritos o deméritos se han ganado el lugar que les corresponde.

Sin embargo, hay una película, que por la razón que sea, no está en el lugar adecuado y hoy después de muchos años, no puedo seguir callado durante más tiempo. Necesito explicar mis reflexiones. Saving Private Ryan. OJO SPOILERS!!!

La primera vez que la vi fue en casa de un amigo allá por mediados o finales de los 90. No la ví en el cine. Aquella vez no me gustó, algo que que mi amigo, fanático defensor de ésta cinta no entendió, y creo que a día de hoy sigue sin entender.

Una década después más o menos me compré el DVD Edición Coleccionista y me la volví a mirar. Tampoco me gustó. Y finalmente hace unos pocos días, volví a intentarlo y, no me gustó.

Lo primero que os estaréis preguntando es, “si no te gusta por qué la sigues mirando?”. Es una pregunta muy simple igual que la respuesta. Esta película, alucinó a todo el mundo. En IMDB tiene un 8,6 de puntación. ¿Qué cojones vieron los demás que a mí se me escape?. ¿Qué tiene esta película que la haga tan especial?, ¿qué?.

Al haberla visto en épocas diferentes y con edades diferentes quería comprobar si la perspectiva o quizás mi punto de vista al verla con 40 años en lugar de con 16 podía ser diferente. No sería la primera vez que algo así me ocurre, pero no ha sido el caso.

He visto, creo, todas las películas de Spielberg por lo que considero que puedo hablar de su obra con cierto conocimiento de causa. Opino que es un gran director y que nos ha traído obras que pasaran (sino han pasado ya) a la historia como Obras Maestras.

Valorar a Spielberg como director no es el tema de nuestra discusión de hoy. Su calidad como director, la cual está más que demostrada, nunca ha sido objeto de cuestión.

Sin embargo, esta película es un punto de inflexión en su carrera. Un puto panfleto lacrimógeno, patriota y cargadito de estereotipos tan manidos que resulta inconcebible que los encontremos en una producción de éste calado.

Realmente considero que es un fracaso desde el comienzo. Haced la prueba. Si os pregunto “de qué va la película”, ¿qué me podéis responder? Ya lo hago yo. Hay tres películas en una, que perfectamente podrían explicarse de forma individual sin que ninguna de las otras dos hiciera la más mínima falta. De hecho, si esto fuera una serie, con lo que muestran en la película te hacen una temporada de 10 episodios.

La primera “película” es la correspondiente al desembarco de Normandía. Dura unos 30 minutos y es brutal. La única parte que vale la pena. Si bien el movimiento de cámara (bastante novedoso por aquellas épocas) marea que te cagas, nos da una cierta idea de realismo. Mucha sangre, mucho ruido, mucha explosión y disparos, miembros, tripas y muertos a punta pala. Todo correcto.

La segunda “película” dura como una hora más o menos y es un auténtico coñazo de mil pares de cojones. Soporífero a mas no poder. Durante todo este tiempo tenemos a los soldaditos, buscando al tal Ryan mientras nos aburren con las historias de cada uno que ni aportan a la película ni nos interesan.

Ui, olvidaba que aún no habíamos comentado el batallón del Capitán Hills. Pues como os podéis imaginar, para mear y no echar gota.

El comandante (Tom Hanks), a medio camino entre nostálgico y depresivo, echa de menos seguir siendo maestro de escuela y ver a su mujer cortar rosas. Tiene un tembleque en su mano izquierda (parkinson?¿) que ya se encargan de enseñarnos cada dos por tres aunque no sé muy bien qué propósito tiene puesto que no interfiere para nada en ningún momento oportuno de batalla.

El sargento de “hierro” que muy sutilmente con sus botecitos de arena ya nos muestran que ha sobrevivido a mil y una batallas.

El judío que se encarga varias veces de recordarnos que es judío, el Italiano, el chulito de Nueva York, el tirador fanático religioso, el sanitario y el Nerd cobarde que sabemos que en algún momento tendrá un papel importante. Igual me dejo alguno, pero es que da igual. Estos son los brillantes Rangers que van en busca de James Francis Ryan.

Aquí es cuando yo me pregunto, al igual que también se lo preguntan los personajes, ¿por qué hay que arriesgar la vida de varios hombres para salvar a uno en concreto?, ¿acaso el resto de hombres que están en el frente no tenían madres?, ¿por qué unos son más valiosos que otros? Puta hipocresía americana. Si no quieres que mueran, no los envíes a morir. Punto pelota. No hay más.

He hecho un pelín de investigación superficial y no he encontrado que existiera tal misión, ni tampoco el tal Private Ryan, pero sí que he encontrado una norma miliar que decía, y cito textualmente: “If all of their brothers and sisters die serving in the military, the last surviving person in that family serving in the military will be sent home”.

Se decía que esto servía para preservar la línea familiar, lo cual es absurdo porque si tenías 3 hijos, dos morían, te enviaban uno a casa. Pero si tenías sólo uno y te lo mataban, ¿entonces qué?, ¿te jodías y ya está? Repito. Hipocresía al más puro sentimentalismo americano.

En honor a la verdad debe decirse que en aquella época, rara era la familia con un solo hijo o hija, pero igualmente, me parece una norma de lo más hipócrita.

La tercera y última “película” dura como otra hora más o menos y es una batalla para defender un puente.

Aquí ya han encontrado al tal Ryan quien además para la sorpresa de nadie, no quiere irse a casa. Quiere seguir luchando con sus “brothers in arms”. Todo perfecto, patriótico y estereotipado. Una pequeña compañía se juega la vida, pierden algún hombre por el camino, te vienen a salvar y tú a lo tuyo. Bueno, tampoco sé lo que yo hubiera hecho en esa situación, pero cuanto menos resulta cómico.

Decía que hay que defender un puente. Hills se pone al mando de un grupo de soldados con poca munición en lo que resulta una batalla tremendamente aburrida y que se hace larga de cojones. Y esto no debería pasar nunca. Las palabras aburrida y batalla no deben ir juntas en una frase. No pueden. Son un oxímoron. Por lo tanto, algo no está bien.

Al final, todos mueren menos el tal Ryan, algo que ya sabemos porque ya le hemos visto al principio de la película, así que tenemos cero suspense y todo lo que pase nos la suda bastante. Plano del viejo Ryan llorando en el cementerio, otra vez banderola, plano patriota cuadrándose ante la tumba y The End.

Y esto que explico es así. Por mucho que nos lo quieran vender de otra forma es así. No hay más. Se puede edulcorar y adornar todo lo que queráis, pero no cambia nada. La película sigue siendo un tostón sin ningún atractivo más allá de, repito, la parte inicial de la playa.

Podría cerrar aquí mismo la reseña pero no quiero hacerlo sin mencionar una serie de cuestiones que me parecieron curiosas. A ver qué opináis:

-Los alemanes son TODOS unos putos Skins hijos de puta, lo americanos son maravillosos y no hay ni rastro del resto de tropas Aliadas porque los americanos ganaron solitos la guerra.

Al respecto de que nos muestren a los alemanes como skin-heads con las cabezas rapadas es falso además de tendencioso. Ese corte de pelo directamente estaba prohibido en el ejército alemán. El reglamentario era algo más largo por arriba y rapado en los laterales. Esto es algo que podréis ver en cualquier video de archivo o documental.  

-En la parte que van recorriendo el pueblo en ruinas, van gritando “thunder” y la respuesta es “flash”. En realidad esto era al revés. Gritaban “flash” y la respuesta debía ser “thunder”.

Parece una gilipollez pero no lo era. Los alemanes, por muy bien que consiguieran hablar inglés, el sonido “th” no eran capaz de decirlo bien (en el idioma alemán no existe ese sonido) y les salía algo que sonaba como “szunder”.

Por tanto, detectarían el acento y podrían estar alerta.

-En la escena que Jackson está disparando desde el campanario, conté 8 disparos. Está utilizando un Rifle de tirador Springfield que sólo podía contener 5 proyectiles. Cabe la posibilidad de que cargara de nuevo, pero no da la sensación por la continuidad y la rapidez en la que suceden los 8 disparos.

-Hay una escena al principio, en la playa, que unos soldados con lanzallamas son alcanzados por disparos alemanes y sus tanques estallan quemándolos vivos. Esto directamente es falso. De hecho, muchos instructores, disparaban a los tanques portátiles de combustible para enseñar a los nuevos reclutas que no sólo no explotaban, sino que además podían utilizarlos como escudos llegado el momento.

-En la escena en la que los soldados se quitan los calcetines para hacer las bombas lapa. Ahí vemos que las botas que están utilizando los soldados americanos son de color negro. Casi parecen Marteens. El ejercito de los Estados Unidos no empezó a utilizar botas de cuero negro hasta el año 1950.

-Cuando Ryan cuenta la ridícula historia de sus hermanos en el granero, una de las cosas que dice es que esa noche fue la última que estuvieron juntos. Por tanto, y por cronología, es imposible que los 4 hermanos pudieran hacerse esa foto en uniforme que la madre tiene en la entrada de la casa y que se ve claramente cuando el militar y el cura vienen a decirle lo de sus tres hijos muertos.

-El pueblo en el que se supone que podría estar el tal Ryan es Neuville que está más cerca de Utah que de Omaha. Así que no tiene ninguna lógica que enviaran el batallón del Capt. Hills.

-Al principio de la película, no recuerdo exactamente en qué momento, un soldado le dice a otro que no salude a los oficiales. Esto lo hacían para que los tiradores alemanes no los identificaran y se los fueran cargando. Sin embargo, a todos los oficiales les han puesto la correspondiente insignia de rango en el caso.

Bueno, podría seguir pero ya veis el panorama. Aquí me paro y meto mi conclusión. Película totalmente sobrevalorada, aburrida, sentimentaloide como solamente Spielberg es capaz de conseguir y que, sin duda, está muy por debajo de muchas otras entregas de Cine Bélico.

Otro desgraciado ejemplo de mucho ruido y pocas nueces. Realmente una lástima.

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